Conoce a Dallas:
un espiritu incansable y un corazón fuerte 
TRES GRAVES CONDICIONES CARDÍACAS ILEVARON A SU FAMILIA DE EL PASO A DALLAS, LA CIUDAD QUE LE DIO NOMBRE, DONDE SU MADRE AGRADECE A CHILDREN’S HEALTH℠ POR SAVARIE LA VIDA.
Poco antes de dar a luz, un médico en El Paso diagnosticó al bebé de Brenda con tres problemas cardíacos diferentes.
Para una mamá embarazada, eran nombres grandes y aterradores: la anomalía de Ebstein, una condición cardíaca muy rara; el síndrome de Wolff-Parkinson-White, un trastorno del ritmo cardíaco; y taquicardia, una condición en la que el corazón late anormalmente rápido.
El médico le sugirió mudarse a Dallas, donde podría acceder a un nivel más alto de atención en Children’s Health. Sin embargo, también le advirtió que había una gran probabilidad de que el bebé naciera sin vida.
Al salir de la clínica ese día, Brenda se derrumbó en el suelo y lloró.
“Todo lo que podía pensar era que nunca conocería a mi hijo”, dijo.
Al día siguiente, su mamá notó que Brenda caminaba diferente. No sentía dolor, pero decidió ir a urgencias, por si acaso.
En el hospital, una enfermera comenzó a revisar los signos vitales del bebé y su rostro se puso pálido. Antes de que Brenda pudiera preguntar, la enfermera salió corriendo de la habitación y, en cuestión de segundos, regresó con un equipo de médicos y más enfermeras.
El ritmo cardíaco del bebé era alarmantemente alto, por lo que los médicos tuvieron que realizar una cesárea de emergencia.
Las siguientes horas pasaron en un abrir y cerrar de ojos mientras Brenda entraba en consciencia y volvía a irse. Tras dar a luz, recuerda haber despertado y escuchado a su hermana preguntando por arreglos de viaje. El bebé, junto con su tía, serían trasladados de El Paso a Dallas para llevarlo a Children’s Health.
Brenda no entendía qué pasaba, pero recuerda haber dicho: “No he visto a mi hijo. ¿Puedo ver a mi hijo?”
Pero no pudo sostenerlo en sus brazos. La frecuencia cardíaca de Dallas era tan alta que los médicos temían que sus órganos dejaran de funcionar en cualquier momento. El bebé de 2.7 kilos estaba cubierto de tubos, rodeado de máquinas que pitaban y zumbaban.
Como Brenda había tenido una cesárea, no podía volar y tuvo que quedarse atrás. Pero su hermana, insistiendo en que Brenda al menos necesitaba tocar a su hijo, organizó un encuentro antes de que partieran.
“Nos vimos en un pasillo del hospital, y vi al piloto que los llevaría”, recordó.
Mientras ella se recuperaba, su hermana vivió la peor parte de las complicaciones del bebé. Estuvo allí cuando el pequeño Dallas sufrió múltiples ataques cardíacos y lo vio hincharse y ponerse morado.
Después de lo que pareció la semana más larga, Brenda hizo sus maletas y voló a Dallas. Por fin estaba con su hijo.
“Era un bebé grande, pero cuando llegué, lo vi tan pequeñito”, dijo. “Estaba donde tenía que estar”.
Dallas y su mamá pasaron alrededor de mes y medio en la ciudad para estar cerca de Children’s Health, donde su equipo médico lo ayudó a fortalecerse antes de regresar a El Paso. Antes de partir, el equipo de Dallas se aseguró de que Brenda se sintiera preparada para cuidarlo en casa.
“Eso me dio la confianza que necesitaba”, dijo. “Su equipo de atención fue increíble. Fue como recibir un curso intensivo”.
El espíritu luchador de Dallas
Nacido para luchar, Dallas nunca permitió que sus problemas cardíacos lo detuvieran de vivir plenamente.
“Hicimos que hiciera lo que hacen los niños normales”, dijo Brenda, su mamá. “Los médicos de Children’s Health me dijeron que no lo mantuviera en una burbuja, que no le permitiera tener miedo a vivir”.
Con el apoyo de su equipo médico y su familia, Dallas aprendió a escuchar a su cuerpo. Después de correr y jugar unos minutos con sus primos, por ejemplo, sabía cuándo detenerse para descansar.
Al principio, Dallas visitaba Children’s Health cada mes, viajando de ida y vuelta desde El Paso. A medida que creció, su familia pudo espaciar las visitas cada par de meses.
Su equipo médico también apoyó a su mamá durante todo el proceso en Children’s Health.
“Desde el primer día, me tomaron de la mano cuando lo necesité”, dijo Brenda. “Adoran a mi hijo, y lo digo sinceramente porque lo puedo sentir y ver”.
Al crecer con visitas frecuentes al hospital, Dallas pasó por muchas extracciones de sangre, cateterismos e inserciones de sueros. En Children’s Health, los especialistas de Vida Infantil (Child Life) y los perros de terapia siempre lo acompañaron, brindándole consuelo y distracción.
Los servicios de Vida Infantil —que hacen la vida más fácil para los niños y las familias que atraviesan lo impensable— se ofrecen de forma gratuita en Children’s Health y dependen del apoyo filantrópico de los generosos donantes.
“Siempre les digo a ellos, a nuestras enfermeras y médicos: ‘Ustedes se han convertido en parte de nuestra familia extendida’”, dijo Brenda.
Momento para un nuevo corazón
Con el tiempo, Brenda comenzó a notar que la fuerza de Dallas disminuía. Mientras caminaba de regreso de la casa de su abuela, un trayecto de solo cinco minutos, tuvo que detenerse varias veces.
Cuando llegó a casa, se desplomó en el suelo de azulejos.
“Mamá, solo necesito descansar”, dijo. “El piso se siente fresco”.
En una revisión, Brenda compartió sus preocupaciones con su médico, quien le dijo que era momento de subirlo a la máxima prioridad en la lista de espera para un trasplante de corazón. Aunque siempre supo que este día llegaría, la noticia la abrumó.
Su hogar estaba en El Paso y, como madre soltera, Brenda no sabía dónde se quedarían mientras esperaban en Dallas por el inminente trasplante. También le preocupaban los gastos.
Sin dudarlo, los trabajadores sociales de Children’s Health conectaron a la familia con una organización que brinda asistencia temporal de vivienda.
“Ser madre soltera da miedo cuando no conoces nada fuera de casa”, dijo Brenda. “No tenía mucho a qué aferrarme, pero el hospital nos abrió los brazos”.
La familia también sintió el apoyo de la comunidad del Norte de Texas gracias a las contribuciones de los donantes más generosos, los que ayudan a financiar muchos de los servicios en Children’s Health, incluidos el trabajo social para apoyar a las familias con recursos como consejería y asistencia financiera. Mientras los pacientes están hospitalizados, los servicios escolares mantienen a los pacientes al día con su educación durante el tratamiento.
“Sentir el impacto de las donaciones fue como si alguien nos hubiera entregado su corazón envuelto en un regalo”, dijo Brenda. “Las donaciones ayudan a recordarles a los niños y familias en el hospital que no están solos. Dan un rayo de sol a sus días”.
Después de esperar lo que pareció el mes más largo de su vida, Dallas recibió su nuevo corazón en Children’s Health en noviembre de 2023.
Dallas, quien sorprendió a sus médicos con la rapidez de su recuperación después del trasplante, ahora crece y disfruta de la vida de regreso en El Paso, participando en más deportes con sus amigos, practicando guitarra y contando chistes con su familia.
Cuando corre con sus primos, el ahora joven de 12 años ya no necesita detenerse a descansar constantemente.
“Estamos muy agradecidos. Gracias a Children’s Health, a sus médicos, enfermeras y todo el equipo, mi hijo está sano y mi familia es feliz”, dijo Brenda. “Dallas siempre ha sido un luchador”.